martes, 15 de octubre de 2013

EL HORNERO

Hornero

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El hornero es aun ave del orden de los Passeriformes y es llamada de esta forma debido a que su nido tiene la forma de un horno de barro.El hornero también es conocido como tiluchi (Bolivia), chilalo (Perú); tucumán (en Argentina) caserito en Santiago del Estero y Catamarca; y alonsito en Corrientes.

Características

El hornero es muy diverso en apariencia y hábitos, aunque la mayoría presenta colores apagados. Los horneros de la pampa difieren de los que habitan las selvas de América del Sur. Algunas especies se han adaptado a la gran pradera cubierta de matorrales, incluso a la semidesértica, y otras a la selva más o menos tupida.
Es un ave simpática, que no teme a las cercanías del hombre. Siempre anda en pareja y se instala lo mismo en un poste telefónico que en la cornisa de una casa.
Sus vuelos son, generalmente alrededor del nido, para buscar materiales para su construcción o alimento para los pichones, nunca se aleja, en el suelo anda a los saltitos.
Mide entre diecisiete y veintidós centímetros de largo y pesa unos setenta y cinco gramos. Sus alas son cortas y redondeadas; tiene cola larga y pico en general más largo que la cabeza; presentan un comportamiento nervioso y ligero.
Su color es pardo, con cuello rojizo, garganta blanca, pecho pardo claro, vientre blancuzco y cola rojiza.

Hábitat

El hábitat del hornero incluye fundamentalmente las sabanas, parques, pastizales y claros de los montes.
El agua es indispensable al hornero y ella determina su hábitat. En tierras húmedas podrá introducir su largo pico al acecho de insectos; con tierra húmeda podrá construir su nido.
El hornero es un ave sedentaria; no migra. Es mansa, se arrima al hombre, se pasea por sus jardines y sus parques y ,como si aprobar ciertas modernidades, se instala en postes de teléfono, o vecinos a embalses y represas
Molinos, tanques de agua y pozos de las viviendas favorecen su instalación.
Elegido su ámbito, el hornero se esmera en defenderlo. Como el chajá, como la lechuza y como el tero, conocidos vigilantes de la llanura pampeana, el hornero emite sus gritos de alarma ante cualquier movimiento o ruido que pueda indicar la presencia del zorrino, la comadreja o cualquier otro depredador.
Esta actividad de centinela, así como la de nidificación, búsqueda de alimento, entrenamiento de las crías, se llevan a cabo durante el día, pues durante la noche se refugia en los árboles para el descanso.

Alimentación

El hornero es un ave grande insectívoro, busca su alimento en la tierra, entre las hojas o en los campos arados. Comen sobre todo insectos: mariposas y larvas de mariposas, hormigas, arañas, gusanos, langostas, escarabajos, de esta manera colaboran con el agricultor, ya que eliminan los insectos perjudiciales para las plantas y añaden a este régimen: semillas, bayas y, a veces, brotes vegetales muy tiernos. Edifican su nido en tierra o en la proximidad del suelo, entre los arbustos o en postes de alambrados.

Distribución

Al hornero se lo encuentra en Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, República Dominicana y Argentina, siendo en este último país el ave nacional.
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El canto del hornero

Aunque no especialmente melodioso, el hornero es un cantor notable. El canto acompaña al cortejo y a la relación de pareja y se emplea para delimitar territorio.
Macho y hembra de hornero casi no se pueden diferenciar visualmente, pues ambos tienen un aspecto muy similar.
En la primavera realiza el galanteo que tiene un comportamiento específico en el cual se destaca el canto a dúo. La pareja se enfrenta batiendo las alas, con la cabeza erguida y sacando pecho; cuando comienza el canto, las alas quedan colgando, el cuello queda extendido y con la cola abierta. Enfrentados entonces, comienza el canto a dúo.
El canto a dúo no es exclusivo del galanteo, pues cantan así también para reconocerse cuando están cerca del nido, para mantener el vínculo o para avisar el regreso durante la incubación al compañero que a quedado dentro de aquel.
Los horneros viven en parejas –algunos afirman incluso que las uniones duran de por vida–compartiendo las actividades inherentes a la construcción del nido, la incubación de los huevos, la obtención de alimentos y el cuidado de los pichones.
Otro tipo de canto perfectamente individualizado es el canto alternado de los machos cuando les disputan su territorio. Su canto es entonces un contrapaso.

Reproducción

La pareja de horneros se mantiene estable toda la vida. Llegada la primavera, la cámara del nido alberga un promedio de cuatro huevos, incuban ambos padres de modo alternativo, durante 15 días. Cuando uno regresa, se anuncia con su canto para que el otro salga. Debido a su dieta y tamaño suele ser víctima de parasitismo por parte del tordo renegrido, y se los puede ver criando a pichones de esta especie.

El nido:

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Macho hornero y hembra comparten las responsabilidades familiares: colaboran en la confección del nido, en el que la hembra pondrá de 3 a 6 huevos blancos, que incubarán uno tras otro. De igual forma educarán ambos a los polluelos, encaminándolos bajo una cuidadosa vigilancia al estado adulto y a la independencia.
La denominación de hornero (o albañil) se debe a que -durante la estación lluviosa- construye un nido voluminoso en forma de horno, con una abertura lateral. Las paredes de este nido están formadas por barro, mezclados con pajitas, ramas y pequeños guijarros. Una vez que endurecen, estos edificios son tan sólidos, que permanecen en buen estado, a pesar de hallarse a la intemperie, durante varios años; de esta forma, las parejas permanecen en el mismo nido, de una estación a otra.
El hornero comienza a construir el nido en el otoño, emplea para ello barro y paja, que transporta en el pico, en esta tarea colabora la pareja y trabajan sin descanso durante todo el día, hasta terminar, y demuestran su alegría con chillidos y cantos.
Como el hornero construye el nido con barro, el trabajo se inicia después de la época de lluvias. Primero amasan el material en los alrededores. Luego construyen la base y deciden la orientación del nido. Cuando el basamento está listo comienzan a levantar la pared en semicírculo. Por fin queda cerrada la bóveda, con una puerta en forma de ojiva en uno de sus lados. Por último los horneros cierran esa ojiva en espiral, hacia adentro del nido, y de ese modo queda formada una cámara interior, que será el verdadero nido y que la pareja tapizará con plumas y hojitas. Alisan las paredes interiores con el pico o con ayuda de una pajita cuando el barro aún está fresco. En ocasiones, en casos de sequía por ejemplo, los horneros abandonan su nido sin terminar. El nido se usa una única vez. Cuando los pichones lo abandonan también lo abandonan sus padres: construirán una nueva casa para la próxima nidada. La construcción la realizan de afuera hacia adentro. Un tabique o pared divide el interior en dos partes, en lo mas profundo, la hembra pone cuatro huevos que encuban entre los dos. Los pichones cuando están en condiciones de abandonar el nido permanecen dos o tres meses más en compañía de sus padres antes de hacer vida independiente. Cuando uno de estos nidos resulta abandonado por sus legítimos propietarios, existen otros, por ejemplo, las golondrinas, los jilgueros, los gorriones, los ratones y los caburés, a quienes no les importa, en absoluto, ocupar este nido elaborado por otros.

Especies

  • Hornero paticlaro, albañil, Furnarius leucopus
  • Hornero castaño, Furnarius torridus
  • Hornero colibandeado, Furnarius figulus
  • Hornero chico, Furnarius minor
  • Hornero común, hornero rojo, Furnarius rufus
  • Hornero copetón, hornero de copete, Furnarius cristatus
  • Hornero del Pacífico, chilalo, Furnarius cinnamomeus

Curiosidades

En el año 1928, un prestigioso diario de la Capital Federal hizo una encuesta entre los niños de las escuelas primarias sobre cuál debería ser considerada, por sus propiedades, por sus características, el “Ave de la Patria”. Y que la encuesta tuvo gran éxito. Más de treinta y nueve mil respuestas llegaron a la dirección del diario.
Salió primero el hornero, con 10.725 votos; segundo el cóndor, con 5.803; tercero, el tero, con 4.002; cuarto el ñandú, 3.327; quinto el chajá, con 2.724; sexto el chingolo, con 2.622, etc.
Una de las niñas contestó en los siguientes términos: “Señor, yo creo que el hornero merece el título de “Ave de la Patria” porque habita en la mayor parte de nuestro inmenso país y posee más cualidades juntas que cualquier otro pájaro.

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