Abeja
Abeja, nombre común de cualquiera de los insectos que constituyen una superfamilia del orden al que pertenecen también las avispas y las hormigas. Hay unas 20.000 especies, que van desde formas diminutas de tan sólo 2 mm de longitud a insectos grandes de hasta 4 centímetros.
Características
Como las avispas, la mayoría de las abejas hembra tienen aguijón funcional. Estos insectos presentan un aguijón recto y provisto de pequeños dientes microscópicos de manera que, cuando lo introducen en su presa, queda fuertemente anclado al cuerpo de su víctima. Al intentar sacarlo, la abeja se desgarra parte del abdomen y muere al poco tiempo. Al contrario que las avispas, no obstante, dependen del polen como fuente de proteínas y del néctar de las flores como fuente de energía. Las hembras adultas recogen polen sobre todo para alimentar a sus larvas, aunque los adultos también se alimentan de él y del néctar. El cuerpo de este insecto suele ser muy velludo; una adaptación a la recolección del polen. Muchas abejas tienen en las patas posteriores unos grupos de pelos que forman una especie de cestillo con el que ayudan a la recolección del polen que se deposita en todo el cuerpo. Otras abejas transportan el polen en un grupo de pelos situados en la parte inferior del abdomen. El polen que inevitablemente pierden al ir de flor en flor es importante para las plantas porque parte de él cae sobre los pistilos de otras flores de la misma especie, produciendo una polinización cruzada. Las abejas son los principales insectos polinizadores.
Vida social
Como las hormigas, las abejas son insectos sociales, no pueden tener una existencia aislada y necesitan vivir en colonia . Una colonia muy fuertemente organizada, siempre compuesta de obreras , de zánganos y de una sola reina .
Las obreras son exclusivamente abejas hembras, las más numerosas de la colonia (cerca de 30.000 hasta 70.000 por colmena). Trabajan sin tregua, y se encargan de todas las tareas inherentes al buen funcionamiento de la colmena. Pero, al contrario de las hormigas que tienen asignada una sola tarea específica durante toda su vida, las abejas las hacen todas, sucesivamente, durante una vida que, por término medio, dura solo unas semanas (cerca de 45 días).
Durante los cuatros primeros días de su vida, la obrera limpia los alvéolos y la colmena. Del día 5 al día 11, es nodriza y ceba de jalea real las larvas de los alvéolos reales. Del día 11 al día 13, se convierte en almacenera : su papel consiste en almacenar el polen y el néctar en los alvéolos y en ventilar la colmena, agitando muy rápidamente sus alas, para mantener así una temperatura y humedad constante. Del día 14 al día 17 las glándulas productoras de cera de su abdomen ya desarrolladas, se vuelve cerera y edifica los panales. Del día 18 al día 21 es centinela y está de guardia a la entrada de la colmena para rechazar a los intrusos, avispas, mariposas e incluso a los zánganos. A partir del día 22 y hasta su muerte irá de flor en flor a cosechar néctar, polen y propolis : se vuelve libadora y trae la comida a la colmena.
Los zánganos son los únicos machos de la colonia. Son solo un centenar, son más gordos, más redondos y más peludos que las obreras. Son tolerados en el seno de la colmena como fecundadores potenciales de la reina y viven en primavera y en verano. No siendo capaces de alimentarse por si mismos, son alimentados por las obreras. Como no tienen aguijón no pueden asegurar la protección de la colonia y su misión esencial es la de fecundar a la reina .
Pero solo algunos lo consiguen durante un vuelo nupcial único y … mortal. Una vez cumplida su misión como reproductores mueren destripados por la reina. En cuanto han salido de la colmena las obreras ya no les dejan entrar, porque son considerados bocas inútiles de alimentar. Los que se quedan en el interior son despiadadamente expulsados y abandonados a su suerte. Incapaces de sobrevivir son condenados a una muerte segura.
En una colonia de abejas sólo puede haber una reina. Nace en un alvéolo real*, un alvéolo más grande que los otros de forma oblonga construido especialmente por las obreras para abrigar larvas reales. Para asegurar la perennidad de la especie la colmena tiene siempre varios alvéolos reales conteniendo cada uno una larva alimentada con jalea real y susceptible de volverse reina.
Nada mas nacer la primera reina tiene como misión la de matar todas las larvas de las otras celdas reales. Debe reinar sin reparto sobre la colonia. Si una segunda reina nace al mismo tiempo, las dos reinas se entablan en una batalla a muerte y la que salga victoriosa será la que mande sobre la colmena. Tres a seis días después de su nacimiento, la joven reina emprende el vuelo para un vuelo nupcial único donde va a unirse cinco o seis veces a una decena de zánganos. El vuelo puede repetirse hasta que la espermateca de la reina -especie de reserva para espermatozoides- esté llena. Una vez fecundada vuelve a la colmena, dónde empieza su vida de ponedora . Jamás saldrá durante los 4 o 5 años que dure su existencia y tendrá una sola misión, poner sin descanso ¡ hasta 2.000 huevos al día ! (cerca de 1 huevo/minuto). Continuamente rodeada, protegida y alimentada por las obreras, es el objeto de todos sus cuidados. Primero porque de todas las abejas es la única que tiene la función de reproducción siendo las obreras estériles. Pone a discreción huevos machos o hembras, según su fecundación: los huevos fecundados producen obreras, los que no son fecundados dan nacimiento a los zánganos. Luego para determinar toda la vida de la colmena, segrega una sustancia química llamada feromona , específica de cada colmena, indispensable a la cohesión social. Las abejas tocan y lamen ésta secreción, de donde sacan toda la información necesaria a la organización del trabajo.
Lenguaje de las abejas
Toda la información esencial a la organización de la colmena proviene de secreciones químicas, las feromonas , segregadas por la reina pero también por las obreras. Se trata de sustancias mensajeras que circulan de una a otra a través de la boca y de las antenas y de las que sacan toda la información . Las feromonas sirven por ejemplo para identificar lugares – identificación de la colmena, localización de manantiales de néctar, de lugares de enjambrazón, de la reina por los zánganos durante el vuelvo nupcial … -, para emitir señales de alarma, controlar las reservas de comida, equilibrar la población regulando la puesta de la reina, mantener en permanencia la temperatura y la humedad ideales en el seno de la colmena… Además las abejas poseen entre ellas un lenguaje codificado muy preciso, el del baile : éste baile ejecutado por las abejas exploradoras a su llegada a la colmena, informa a las demás sobre el lugar y la distancia de una fuente de abastecimiento.
El baile en círculo significa un lugar muy cercano (menos de 25 metros). Para lugares más lejanos hasta una decena de kilómetros, el baile bullicioso o baile en ocho con figuras muy complicadas, indica en función de las oscilaciones abdominales y de las vibraciones emitidas, la distancia del botín a recoger. La dirección se expresa respecto a la posición del sol. La distancia por el número y la velocidad de las vueltas efectuadas por la abeja sobre sí misma.
Las abejas y la polinización
Las abejas son los polinizadores más importantes de las plantas de flor. Se calcula que la tercera parte de los alimentos humanos son polinizados por insectos, fundamentalmente abejas.
La mayoría de las abejas son de cuerpo velludo con pelos son plumosos; llevan una carga electrostática. Todo esto ayuda a que el polen se adhiera a su cuerpo. Con sus patas transfieren el polen a las canastas de polen que pueden ser de dos tipos: scopas o corbículas. Algunas son muy especializadas y colectan polen de unas pocas especies, otras son generalistas y visitan muchos tipos de flores diferentes. Pero en general visitan flores de una sola especie por un período de tiempo antes de ir a otra especie, lo cual es beneficioso para las plantas que requieren polen de la misma especie para su fecundación.
Evolución
Las abejas o miembros del clado Anthophila evolucionaron a partir de otros Apoidea, posiblemente de la familia Crabronidae, es decir de insectos que eran predadores de otros insectos. En una época en el pasado sustituyeron esta dieta por la de polen posiblemente porque cazaban insectos que visitaban flores y se alimentaban en parte del polen que cubría a sus presas. Este escenario también se da en una subfamilia de la familia avispas, las Masarinae.
Las abejas fósiles más antiguas son la Cretotrigona prisca de Nueva Jersey, Estados Unidos, de edad Cretácea, miembro de la subfamilia Meliponinae. Más recientemente se encontró otra abeja fósil aun más antigua, del Cretáceo temprano y con caracteres más primitivos que la relacionan con las avispas. Se la denominó Melittosphex burmensis y se calcula que su edad es de alrededor de 100 millones de años.[2] Tiene caracteres especializados, apomorfias, típicos de Anthophora o sea de abejas, pero además conserva dos caracteres ancestrales o plesiomorfias de las patas (dos espolones tibiales y un basitarso delgado) que muestran su carácter evolutivo de transición entre las abejas y otros grupos de himenópteros.
Los primeros polinizadores no fueron abejas sino escarabajos y o moscas, es decir que el síndrome floral de polinización ya estaba bien establecido cuando aparecieron las abejas. Lo importante es que éstas desarrollaron especializaciones o adaptaciones a esta función lo que las llevó a ser los polinizadores más eficientes de las flores. Es posible que la aparición de estas adaptaciones haya motivado o contribuido a la radiación adaptativa de las Magnoliophyta o plantas de flor, contribuyendo a su vez al aumento de la biodiversidad de las abejas
De los grupos vivientes se considera que Dasypodaidae es el más primitivo y que es el taxón hermano de todas las otras abejas. Anteriormente se creía que Colletidae era el grupo basal por tener una lengua corta, considerada primitiva por ser similar a la de las avispas, pero hoy en día se piensa que se trata de evolución convergente y no una condición plesiomórfica
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